La asociación europea de los fondos de inversión (EFAMA) ha publicado recientemente un nuevo informe para poner el tema crítico de la falta de cultura financiera en la primera hoja de la agenda de políticas públicas. Este informe, que está disponible en la página web de EFAMA, ofrece una visión general del trabajo que se está realizando en la educación financiera. Establece una lista de directrices sobre las mejores prácticas para apoyar el desarrollo de iniciativas de educación de los inversores en el sector financiero. También presenta una serie de iniciativas ilustrativas que ya están siendo llevadas a cabo por las asociaciones comerciales y los miembros corporativos en toda Europa con el fin de promover la educación de los inversores.
En lugar de presentar a debate la evaluación de EFAMA, la asociación solicitó a seis expertos independientes en determinados ámbitos de los servicios financieros para que transmitiesen sus puntos de vista sobre la educación del inversor. En general, este análisis confirma la falta de cultura generalizada en asuntos financieros. Tal vez las conclusiones más alarmantes hayan sido las extraídas por el profesor Annamaria Lusardi, de la Escuela de negocios George Washington, quien hizo hincapié en que los bajos niveles de cultura financiera no son específicamente de un país o una etapa de desarrollo económico determinado; es algo que se encuentra en todas partes.
Directrices de EFAMA para iniciativas de educación de los inversores
Sobre la base de las iniciativas llevadas a cabo por diez asociaciones profesionales y siete gestoras de inversiones para promover la educación financiera presentadas en el informe, EFAMA ha definido algunas directrices concretas para maximizar el impacto de las iniciativas de educación de los inversores. Basado en el análisis de los problemas y las necesidades de educación de los inversores, la organización cree necesario establecer metas realistas para determinar si la asociación puede apoyar más y/o mejor a la sociedad con el fin de ofrecerle al inversor una educación financiera de calidad.
Una vez que esto se haya realizado, el público objetivo tiene que ser identificado, y las posibles alianzas con otros grupos de interés pueden ser consideradas. Las gestoras pueden promover la educación financiera dirigiéndose a los inversores finales, intermediarios financieros -dada su relación privilegiada con los inversores minoristas en el punto de venta- y otros intermediarios, como los sindicatos, los empleadores y las asociaciones. Es importante destacar que también pueden desempeñar un papel beneficioso en el fortalecimiento de la formación financiera de su personal para mejorar la calidad de su compromiso con los distribuidores y asesores.
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