Escribiendo “educación financiera” en cualquier buscador, uno se da cuenta de la ingente cantidad de páginas que apuestan por la divulgación de las finanzas personales. El potencial actual de Internet ha intensificado la preocupación, tanto del sector público cómo del privado, por la economía familiar. No cabe duda que el tema es de interés social y el material goza de alta calidad pero, ¿hasta qué punto son útiles estos portales?
En realidad la respuesta varía según cuáles sean sus objetivos. Si sólo pretenden poner a disposición del público recomendaciones y contenidos prácticos, podemos afirmar que los cumplen. Si son algo más ambiciosos y tratan de contribuir a la sensibilización general sobre la importancia de manejar las finanzas personales, ya surgen algunas dudas. Y si su propósito es mejorar la cultura financiera de los ciudadanos promoviendo el cambio de hábitos, su utilidad resulta más que cuestionable.
Tener una enciclopedia en la estantería no nos convierte de forma automática en personas instruidas; es necesario un estímulo que nos impulse a utilizarla y asimilar sus contenidos.
Para que resulten efectivos como herramienta de concienciación sería necesario, en primer lugar, que los destinatarios conocieran su existencia. Sin embargo, resulta complicado hacerse notar entre la multitud de sitios web y blogs que congestionan el ciberespacio. En Internet, la calidad nunca es garantía de difusión. Resulta inútil invertir en el desarrollo de un portal de este tipo si no se abordan todas las acciones necesarias para darlo a conocer, con especial atención a las que favorecen la interactividad. En todo caso, el posicionamiento en Internet siempre requiere un esfuerzo sostenido en el tiempo y mucha paciencia: no cabe esperar resultados inmediatos ni una entusiasta y constante afluencia de visitas.
Mientras se consigue esa “masa crítica” de seguidores que justifican el esfuerzo realizado, no hay que olvidarse de mantener actualizados los contenidos; pocas cosas desacreditan más una web que ofrecer información del Paleolítico… Sin olvidar que hoy día pertenece al Paleolítico todo lo que ocurrió el mes pasado.
Por lo que se refiere a la generación de hábitos financieros saludables y sostenibles, los portales no son eficaces porque esta función no está en su naturaleza. Tener una enciclopedia en la estantería no nos convierte de forma automática en personas instruidas; es necesario un estímulo que nos impulse a utilizarla y asimilar sus contenidos. Por eso los portales divulgativos constituyen solo un componente más de lo que deben ser estrategias integrales de educación financiera. Es necesario complementarlos con otro tipo de acciones o iniciativas, más personalizadas, capaces de motivar cambios en los comportamientos.
Consulta aquí nuestra selección de portales de Educación Financiera en castellano y AQUÍ la selección de portales internacionalesPara contribuir a la causa ofrecemos dos ejemplos de estos portales. Comparten nombre (Finanzas para todos) e idioma. Son el portal público del Plan de Educación Financiera español y el de Bansefi, de México.
Cristina Carrillo
Addkeen Consulting – Buenos Aires
Publicado originalmente en el blog La economía en busca de sentido