21/7/14 – Los alumnos de 3º de ESO del Instituto Pino Montano de Sevilla abandonaron el aula con una misión: averiguar dónde les saldría más rentable abrir un plan de pensiones. Durante un par de semanas visitaron en grupos de tres distintas entidades bancarias, contrastaron datos por internet y elaboraron un cuadro comparativo que después expusieron ante el resto de compañeros. En el proceso, el gusanillo de la economía picó a unos cuantos. “Empezaron a preguntar qué salidas tienen carreras como Marketing o Administración de Empresas. Uno de ellos, Pablo, incluso me propuso abrir un banco”, comenta divertida Elena Villalobos, su profesora. En otro ejercicio, a cada uno se le confirió una situación familiar ficticia para que hiciera un presupuesto mensual. “Les sirvió para valorar lo que cuesta el dinero. Alguno me dijo que no se explicaba cómo se apañaban sus madres”
“Aún siendo algo a lo que nos enfrentamos a diario en la vida adulta, el conocimiento de la población en cuestiones financieras es sumamente bajo, y nuestro país no es una excepción. Solo después de una crisis durísima nos damos cuenta de que es una carencia importante en la sociedad actual”, expone María Jesús Mancebón, profesora de Economía Aplicada en la Universidad de Zaragoza. La institución maña ofrece desde hace años una asignatura puente, que se imparte en septiembre, para aquellos alumnos que optan por carreras donde las finanzas están presentes. La idea, explican, es que asimilen esos conocimientos mínimos que deberían traer aprendidos del colegio.
Cultura financiera es sinónimo de calidad de vida. A los niños hay que inculcarles una actitud de ahorro, de gestión, convertirlo en algo innato
En países como Reino Unido, Holanda, República Checa o Estados Unidos la educación financiera está incluída en los currículos escolares, ya sea de manera transversal o, en menor medida, en materias independientes. La nueva reforma educativa, la LOMCE, también lo incorpora, aunque todavía no hay planes concretos. Mancebón se encomienda a las Mates de toda la vida: “El informe PISA demuestra que por cada punto de incremento en Matemáticas aumenta 0.88 puntos los resultados en competencia financiera”. El problema, sostiene, es que muchos niños cogen manía o miedo a esta asignatura; y, en consecuencia, acaban rechazando todo lo relacionado con ella. “Cada vez son más los profesores que tiran de recursos —robótica, internet— para hacerlas fáciles y atractivas. Hay que evitar a toda costa que los niños pierdan el interés o la autoestima”.
Lee el artículo completo en EL PAÍS.