15 de Febrero de 2009. ANA RAMOS Y ESTEBAN SÁNCHEZ para El País
Los ciudadanos se enfrentan a un doble reto: la necesidad de asumir mayores cotas de responsabilidad en el riesgo vinculado a decisiones financieras y hacerlo en un entorno de creciente complejidad e innovación financiera. La pregunta obvia es: ¿cuenta el ciudadano medio con las herramientas necesarias para superar este reto? Esto es, ¿su nivel de educación financiera es suficiente para tomar decisiones informadas o evaluar adecuadamente los riesgos? Basándonos en datos recientes de la OCDE y la Comisión Europea sobre el nivel de educación financiera, la respuesta es no. Y es preocupante. Sin unos niveles mínimos de formación financiera, la innovación o la globalización, lejos de constituir oportunidades para el conjunto de la población, devienen en riesgos particulares y colectivos.
Sin formación financiera, innovación o globalización suponen un riesgo para particulares y colectivos
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