“Es necesario ahorrar durante los primeros 40 años de vida para poder vivir cómodamente durante los segundos 40″, asegura Díaz Jiménez.
PUBLICACIÓN: Cómo resolver el misterio de su jubilaciónLa seguridad social gestionada por el estado es la base sobre la que se sostiene el actual régimen de pensiones en España. Este modelo, particular entre los países europeos de características similares, limita el ahorro privado a una rol secundario. Javier Díaz Jiménez, profesor en IESE y experto en jubilaciones, afirma que el sistema actual está gravemente atrasado y requiere de una pronta renovación.
“Ha llegado un momento en el que tenemos que empezar a pensar fuera de la camisa de fuerza que nos impone este sistema de reparto”, dice. Porque el camino no lleva a nada bueno. “Los tipos en España son excepcionalmente altos y los topes de cotización excepcionalmente bajos: hemos de pensar cuánto ahorramos, las cotizaciones que pagamos y cómo se gestionan esas cotizaciones porque la forma actual no responde ni a una lógica económica de incentivos ni a una lógica actuarial”.
En su opinión, de seguir así las cosas, vamos a evolucionar hacia una pensión básica: “Habrá una convergencia entre pensiones máximas y mínimas que desembocará en una pensión básica regular, tirando a mala, que solo unos complementarán con mecanismos de ahorro que también son mejorables”. En su opinión, el ahorro debería ser obligatorio y la gestión de los mecanismos de ahorro, más barata.
Porque, en su opinión, hagamos lo que hagamos terminaremos en el mismo sitio, “no hay otro”: “Tenemos que ahorrar lo suficiente durante los 40 años de vida laboral para consumir durante otros 20, 30 o 40 años. Ésa es la cuenta”, asegura; una cuenta que, teniendo en cuenta cómo evolucionarán las pensiones públicas, podría obligar a un ahorro equivalente a la mitad del salario.
Modelo sueco-chileno
Para no tener que llegar a esos extremos, Díaz-Jiménez aboga por reformar el sistema, y su modelo de pensiones es una combinación de un sistema de reparto más pequeño que el actual y claramente contributivo, basado probablemente en cuentas nocionales (como el modelo sueco), junto a una parte muy importante (al menos la mitad) de ahorro obligatorio capitalizado, gestionado por una agencia de pensiones intermediaria entre los trabajadores y los gestores de esos planes. Así, combinar un reparto de cuentas nocionales estilo sueco y un sistema de planes personales parecido al chileno es una de las posibles recetas.
Porque el experto está convencido de que hay que reformar el sistema. “Muchos dan por sentado que el sistema aprobado en 2010 es perfecto pero tiene más agujeros que queso gruyer: es incapaz de cumplir sus promesas en cuanto a pensiones”, dice. En su opinión, hay que preguntarse si los españoles vamos a tener en los próximos años las pensiones que merecemos y si hay mejores formas de garantizar la jubilación e incentivar el ahorro, para mejorar la vida tras la jubilación.
“El sistema antiguo está desbordado por la demografía y los cambios económicos. Lo que merece la sociedad española es una reflexión sobre cómo organizar la jubilación sin dar por hecho que el actual sistema es el punto de partida. No tenemos las mejores pensiones del planeta y hay un amplísimo margen para mejorarlas y vivir mejor en el futuro”.
El experto añadió que, más allá de las pensiones, el principal problema en España es el desempleo y la creación de empleo y necesitamos también una reforma profunda de las relaciones laborales en España sin la que “difícilmente arreglaremos el problema de las pensiones”.
Artículo publicado originalmente en Mi Jubilación BBVA.